Azucarera alta de cerámica que parece sacada de un jardín soleado. Su forma es elegante y estilizada, con una superficie de un blanco puro que resplandece con la luz del día. Pero lo que realmente la hace especial son las flores amarillas que la adornan, como pequeños rayos de sol capturados en cada pétalo.

Estas flores, se despliegan en un patrón alegre y vibrante. Cada pétalo amarillo tiene matices de amarillo y crema, creando una sensación de profundidad y movimiento. Las hojas verdes que acompañan a las flores añaden un contraste perfecto, evocando la frescura y vitalidad de la naturaleza.

Esta azucarera no solo guarda tu azúcar con cariño, sino que también añade un toque de alegría y luminosidad a cualquier ocasión. Es una pieza que invita a la contemplación y a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como si estuvieras en un campo de flores bajo el sol.